domingo, 11 de septiembre de 2011

BTT Onda - Trialera 'Pino Enano' - Suera

Hola amigos, tras un verano intenso, con un elevado ritmo de salidas, que alcanzó durante las vacaciones una cadencia de salidas de hasta cuatro veces por semana, con unas rutas cuasi maratonianas de un promedio de 60 kilómetros, tocaba para oxigenar, cambiar el registro y adentrarse en el mundo de las trialeras y los cortos pero intensos recorridos.

Así que David, sufridor y “seguidor de ruedas” donde los haya, programó una salida con el incombustible Alexis (el famoso, controvertido y vilipendiado “Alecsis 21” de wikiloc), experto trialero y profundo amante de la montaña, el cual nos prometió una salida acorde a nuestras posibilidades.

La salida fue en el punto habitual, con la salvedad de que adelantamos en 10 minutos la hora para poder cargar las bicis y salir a las 7:30 en punto.

Esta vez llegué el primero, pero cuando crucé la Ronda Pedro IV y me dirigía al bar, me apercibí de un desagradable sonido de aire a presión, sintomático de que había pinchado nada más salir de casa.

Así que ni corto ni perezoso, tumbé la bici y me puse a reparar el pinchazo, con el plus de tener que aguantar a un par de sujetos (entre ellos “el polero”y Sergio el fumeta”) que con sus consejos, en su estado de embriaguez, no parecían acabar de convencerme.

Mientras tanto, David y Alexis llegaban puntuales a la cita. De tal suerte, que cuando me vieron creyeron que estaba quitando la rueda para poder introducir la bici mejor en el coche, pero no cayeron en la cuenta de que estaba quitando la rueda de atrás (menuda tontería pudiendo quitar la de delante), así que tras un par de minutos con la reparación en solitario, tuve que hacerles aspavientos para que se acercaran y me ayudaran, al menos, a entretener a mis nuevos amigos etílicos.

Superados estos pequeños contratiempos con humor, dirigimos nuestros vehículos hacia la vecina población de Onda, dónde aparcamos en una urbanización de reciente factura ubicada en la salida Norte del pueblo.


Una vez montadas nuestras máquinas el reloj marcaba las 8:20, así que sin más demora Alexis cargó la ruta en el GPS y salimos disparados hacia la zona del cementerio. A partir de este punto comenzó nuestro particular calvario, ya que tuvimos que afrontar un ascenso que comenzó por asfalto y que unos pocos metros antes de coronar pasó a tierra y roca. Necesario calentamiento para poder entrar en materia con el cuerpo preparado.

A unos pocos pedales de la coronación Alexis detuvo la marcha y con gesto serio, circunspecto y decidido comenzó a bajar el sillín parsimoniosamente. La reacción de David no se hizo esperar y, pese a saber de antemano dónde se metía, comenzó a soltar una increíble serie de improperios dirigidos a un sonriente Alexis que más que afrontarse, parecía disfrutar apaciblemente del momento.

A partir de este momento, el descenso por la trialera fue una experiencia mística, por primera vez, pude comprobar la capacidad de absorción de la doble suspensión. Haciendo caso a los consejos de los sabios dispuse mi trasero hacia atrás y me dejé guiar por dónde mi rueda delantera, que cobró vida propia, quiso pasar. Los pasos angostos se sucedían, los tramos con piedras gruesas y alturas considerables entre ellas, no dejaban margen de duda en el descenso, lo cual me obligó a tomar una actitud cuasi kamikaze, facilitada por el tremendo subidón de adrenalina. ESPECTACULAAAAARRR!!!

La anécdota de la jornada la propició el GPS, que nos propuso cruzar un cercado con aspecto de contener reses o cualquier otro animal digno de ser contenido, pero que, gracias a la cordura de David, decidimos no afrontar. Efectivamente, la ruta se había desviado un par de metros y la senda no era la correcta.

Después de la trialera, el resto del trayecto hasta Sueras se me antojó como un paseo por el carril bici, a pesar de la inclinación de algunas rampas que tuvimos que afrontar, para poder almorzar finalmente en Sueras, desde dónde decidimos volver por carretera a Onda, cerrando así una divertidísima ruta circular.

Lo más alucinante fue el tiempo empleado para la distancia recorrida, muy alejado de nuestros promedios. La velocidad media de la ruta estuvo por debajo de los 10 km/h, así para realizar 22,69 kilómetros empleamos 2 horas y 20 minutos.

En conclusión, una modalidad de salida muy distinta a la que hemos practicado con anterioridad, que en la parte positiva presenta: menos asfalto, abundante diversión con tramos muy intensivos y más técnicos, pero que por contra: obliga a desplazarte hasta el lugar de la ruta en coche, requiere de un GPS para guiar la ruta, necesariamente incluye algún que otro rato a pie y mayores probabilidades de salir magullado.

Así que si os parece bien, para el próximo Domingo os propongo una salida mixta con una buena ruta hasta Cocons y un descenso por trialera hasta Eslida, que según Alexis es “guapa, guapa!!!”.

No se si eso es bueno o malo, pero, si queréis que no os lo cuenten, no falléis, estáis todos invitados.

Hasta pronto.




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