Cocons

Saludos a todos los seguidores del blog, con esta crónica pretendemos animar a todos a realizar la ruta btt Cocons/la Solana una de las más versátil, pintoresca, divertida y, como no, sufrida de las que podemos encontrar en nuestra amada Sierra de Espadán.

Versátil, porque puedes adaptarla al momento personal de forma o tiempo disponible, ya que la disponibilidad de múltiples desvíos dirección a la CV-223 te permiten abandonar la pista en el momento oportuno.

Pintoresca, porque las vistas, vegetación e incluso fauna (incluso alguna rapaz) no son imaginables a tan sólo 20 kilómetros de casa.

Divertida, porque puedes optar por ascender por Artana (lo cual es infinitamente más duro) o ascender por Eslida (las famosas zetas) y ciclar por la Solana es una garantía de tramos amplios y largos sin apenas pendiente dónde poder dejarse llevar por los sentidos.

No creáis que completar esta ruta ha sido algo decidido al azar, todo lo contrario, se trata de un esfuerzo conjunto y un reto común sobre una ruta que analizamos previamente mediante la utilización de imágenes por satélite y que nos propusimos completar como objetivo a medio plazo, sin prisas, pero siendo conscientes de que habría que realizar un sacrificio para no desesperar en los primeros intentos.

Sin más preámbulos, pasaré a continuación a relataros la jornada que supuso la culminación de dicho objetivo.

Lunes 15 de Agosto “Solemnidad de la Asunción de la bienaventurada Virgen María”, día festivo en toda España, pero dos intrépidos amantes de las dos ruedas estaban dispuestos a cumplir con el reto de coronar Cocons. Así que dando por hecho que no aparecerían más integrantes, nos dirigimos por la ruta habitual (Palmeral/Collado Norte) para ascender lo más rápido y cómodamente dirección Artana.

Determinamos, una vez llegados a dicha población, dejar la carretera para intentar relajar nuestra cadencia de pedaleo a través de la pista de asfalto que te deja en el ermitorio de Maria Cristina. Fue un buen intento, pero a pesar de comentar durante el trayecto que no era nuestro mejor día (tras los pasados abusos dominicales) llegamos a Eslida con un crono de una hora y veinte minutos (menos mal que nos estábamos reservando para el ascenso). La tentación del Bar Paquita fue grande, pero las ganas de completar la ruta hicieron que la parte Sur de nuestro cerebro nos dirigiera hacia el Norte (de que coño me suena esto).

Tomada la carretera comarcal dirección Aín y, después de pasar el desvío de la fuente de “San José”, apareció ante nosotros el imponente ascenso a Cocons por las míticas zetas.

En ese momento, todo cambio, fue como ver la luz, rápidamente y sin concesiones bajamos a la estrella pequeña e impusimos una cadencia que nos permitió conservar las piernas y mantener la respiración, en una subida de aproximadamente veinte minutos, en la cual disfrutamos buscando las trazadas buenas en unas curvas bastante reviradas, que no presentaban excesivas piedras sueltas, permitiendo así un buen agarre.

El ascenso resultó vertiginoso, en muy pocos metros Eslida quedó como un minúsculo punto al pie de las montañas y, para sorpresa nuestra, tras coronar en la cima, desde la otra vertiente nos deleitamos con una maravillosa vista de Aín, dónde no pudimos resistir la tentación de obsequiaros con un estupendo documento gráfico, que da fe de nuestra gesta.

Aprovechamos la parada para reponer fuerzas con unas barritas de almendras y decidimos continuar la ruta, con mucha precaución, ya que no teníamos la certeza de haber coronado definitivamente Cocons. A los pocos metros de re emprender la marcha aparecieron los primeros cruces que nos pusieron en un serio aprieto de orientación. Tras consultar los mapas decidimos descender dirección Sur por una pista ancha, pero con claros signos de no estar transitada, la cual desembocó en un aparente callejón sin salida, pero, ¡¡sorpresa!! nos había dejado en una preciosa trialera que seguimos durante aproximadamente un minuto, pero que para disgusto nuestro, encaminaba sus pasos en dirección Tales. Tras acordar con Vicente que la trialera no formaba parte del objetivo propuesto, decidimos dejarla para otro momento y ascender de nuevo hasta el cruce.

Una vez allí utilizamos el sentido común (el menos común de los sentidos) y seguimos la pista dirección Este que parecía más transitada y que aparentemente no nos llevaba de vuelta a Eslida.

La sorpresa fue mayúscula, ¡¡joder!! allí habíamos estado el Martes 9, lo cual confirmaba que efectivamente aquel día también coronamos Cocons por la otra vertiente. Fue un descubrimiento agridulce, ya que nosotros esperábamos más palo del que hasta el momento nos habíamos dado, pero así pudimos corroborar que el ascenso a Cocons por las zetas es mucho más asequible, no tiene color con el ascenso por la Solana (aquel que comienza con la jodida señal de 40 en una rampa con un desnivel del 16%).

Así que tras descender Cocons continuamos bajando por la Solana, durante un período no inferior a veinte minutos, en el cual nos sorprendimos de como cambiaba la ruta realizándola en sentido inverso.

Tras descender a Artana y rellenar botellines (Vicente parecía un camello) nos encontramos con más ganas de marcha, así que en lugar de un descenso rápido por asfalto, decidimos bajar por los toritos.

Como dice el dicho popular “los toritos nunca defraudan” y descendiendo sobre una de las empinadas rampas, sufrí un reventón de la rueda trasera, lo cual no hay que olvidar que forma parte del encantador mundo de la btt.

Solucionado el problema, dejamos atrás Betxí y nos encaminamos de vuelta por el Palmeral, a pesar del molesto ruido de mi disco al rozar.

A pesar de lo intempestivo de la hora (11:45) pero con una satisfacción más que evidente, nos tomamos la licencia de premiar nuestro esfuerzo con sendas pintas de cerveza con limón. Fueron, en mi modesta opinión, las cervezas que mejor nos sentaron de todo el verano. Hoy sí Julio, hoy sí que nos las habíamos ganado.

Datos de la	etapa
Km	66.63
Tiempo	03:39:23
V.Media	18.1
V. Máxima	43.6